Sr. Chen: Misma frescura, menos caretas

Entre nuestras fronteras hemos tenido la suerte de contar con unos pocos artistas que siempre quisieron romper moldes. Y la mayor suerte de todas quizás fue contar con GRIFFI, ese productor que lleva más de 30 años, precisamente, haciendo que los artistas vanguardistas se concentren entorno a él. Un gran ejemplo es Matador Rockers, banda de la que emergió Sr. Chen.

Con un buen puñado de años a la espalda, el de Rubí se ha asentado en la escena nacional como uno de los artistas más multifacéticos. No nos ha sorprendido verle probarse sobre rap, trap, electrónica o sonidos más característicos del R&B. La cuarentena no es que jugase a su favor, pero nos sorprendió con muchísima música, para terminar presentándonos «Cómo No Hacer un Trío», su álbum más reciente.

Derribando las fronteras que podían quedarle, más personales que artísticas, Chen nos trae su álbum más personal. Recopilando todo aquello que creía que nunca iba a contar y presumiendo, una vez más, de conocer la fórmula para mantenerse fresco. Esto es lo que tiene que contarnos.

Jon: ¡Qué hay Martí! Qué alegría tenerte por aquí, ¿qué tal te encuentras?

Buenas bonico, qué guay poder contestar esta entrevista, estoy bastante bien. Con algo de ansiedad, ya que después de la salida del disco me encuentro con que ya no hay proyectos y soy un “workaholic” de mierda.

Jon: Eso es… ¿bueno? Supongo, jaja. Creo que estarás al día, y ya vendrás preparado. Arranco esta charla como siempre: seguimos en mitad de una pandemia, ¿cómo te ha afectado a ti personal y artísticamente esta crisis global? ¡No sé qué esperar de tu respuesta! Soltaste un disco en plena pandemia, y ahora otro.

Pues me liga muy bien con la pregunta anterior, aparte yo ando pasando la pandemia muy alejado del mundo, en modo ermitaño, así que si no me controlo, me es fácil caer en la sobreproducción para evadirme. Eso puede hacer que no haga temas con sentido, que los haga por pura rutina de trabajo y eso es terrible para el material. Ahora mismo , después de «4Ever Domingo», el disco de Yudi Saint X, «Cómo no hacer un trío», el disco de Yung Rajola y el próximo álbum de Lil Dami, me siento megavacío. Con ganas de vivir un poco hasta que merezca la pena hablar de algo de nuevo.

Jon: Quería que hablásemos de un disco, y ya hemos mencionado 5, sí que debes tener un problema jajaja. Antes de eso, quiero ir al pasado. Muchos crecimos escuchando a GRIFFI, Solo Los Solo y Chacho Brodas… y por supuesto a los que estos trajeron bajo el brazo, como tu grupo Matador Rockers. ¿Cómo nació ese proyecto y de qué forma te educó en la música, qué aprendiste?

Pues de Matador Rockers aprendí un poco la realidad del circuito musical, salir un poco de la peli que nos venden y ver el trabajo que hay detrás. El proyecto nació más o menos de manera natural, aunque ahora con el tiempo también te digo que muchas decisiones que tomaba yo eran fruto del miedo y de querer encajar. Aún así guardo mucho cariño de esos días y sobre todo de mis compañeros de viaje, Lio Ra y Gonne.

Jon: ¿Crees que sin ese amparo de GRIFFI toda tu carrera en la música se hubiese tornado diferente?

Siempre recordaré que con 19 años, habiendo hecho la maqueta de “Bienvenidos a…” con Lio, me dijo que Griffi tenia ganas de conocernos y para mí eso fue un momento muy impactante, ya que Griffi siempre ha sido el arquitecto de casi todos mis temas favoritos del panorama nacional. De manera sutil (es decir, sin darme la tabarra), Javi me enseñó que la técnica no vale para nada si el cuerpo no responde, que la intuición es la que manda a la hora de hacer música.

Jon: Quiero que me seas sincero, ¿crees que Matador Rockers fue un proyecto adelantado a su época, que todo hubiese sido diferente de emerger ahora, por ejemplo?

Bueno, sí y no. Yo considero a Matador Rockers como un grupo bisagra, estábamos entre dos épocas, descontentos con la escena patria en la que no nos sentíamos representados, pero queríamos seguir formando parte de ella. Yo noto que tenía mucho esa energía de “no quedar mal con nadie” y a la vez intentar enseñar unas formas que eran más revolucionarias en aquella época.

Luego apareció toda la ola del trap que directamente negó sus orígenes y parece que esa fue una buena decisión, ya que les ayudó a desmarcarse y ganarse todo ese público que ya no se sentía identificado con el “corsé” que tenían los grupos más a la cabeza en España, que al final eran y siguen siendo una panda de puristas asustados. También lo de la época es muy relativo porque yo recuerdo el sonido que sacaban Foreign Beggars, Oh No o Dabrie y esa era 100% nuestra movida y eran sonidos coetáneos.

Jon: Desde luego que 2020 fue un año de locos. Como decía antes, nos hemos sentado a hablar porque tu decidiste arrancar este 2021 estrenando un nuevo álbum “Cómo no Hacer un Trío”. ¿Qué puedes contarnos del disco?

Pues que llevaba acabado desde antes de «4Ever Domingo», pero no tenía agallas para sacarlo, pues es un disco que para mí es tela de incómodo de escuchar. Es un disco que habla de mi divorcio y donde cargo muy duro contra mí mismo, me desnudo mucho y exponerme de esta manera pues no es fácil. He estado a punto de no sacarlo mil veces, pero al final ha sido un ejercicio de respetar el momento en el que fue escrito y entender que esas emociones tuvieron su tránsito en mí. También me sirve para hacer un poco borrón y cuenta nueva y poder mirar adelante más ligero.

Jon: El título ya dejará a alguno un poco loco. ¡Y la portada termina por rematarlo! Jajaja, desde luego que no conocía la historia detrás. Además decidiste sacarlo el 1 de enero… Tío, de verdad que necesito que me expliques el por qué de crearlo así y sacarlo en ese día tan señalado.

Lo del 1 de enero fue idea de Genís, uno de los chicos de Montebello Agency, que me están ayudando con la salida y para mí tiene mucho que ver con dejar ir esa parte de la que os hablaba y cerrar un ciclo muy manchado por la transformación personal. Aparte para mí es una manera de decir: vale, ahora ya no hay «4Ever Domingo» ni “Cómo no hacer un trío”. Estoy limpio y en paz con el curro hecho, ahora puedo empezar a enseñaros cosas con las que resueno más en este momento.

Jon: Quizás me equivoque y tengas que corregirme, pero mi percepción personal es que: en el Puto Chen, de Matador Rockers encontrábamos mucho “el ego del rapero”, mucho guerreo.  Y descubrimos a un Chen totalmente diferente en “Espero Que te Guste”, más concienzudo y emocional, por decirlo así. Este último disco parece una mezcla de ambos, con mucho cachondeo. Producto de la madurez y la evolución, ¿o solo son fases? 

Totalmente. El Chen de Matador Rockers era todo fachada para encajar, el molar por el molar. Ahora lo pienso y todos los temas de Matador eran puro ego trip y con el tiempo, me doy cuenta de que ser el mejor es algo que no solo es absurdo, sino que no se demuestra diciéndolo sino haciéndolo. Ahora me siento más tranquilo porque con los años, uno se va quitando inseguridades de encima y va viendo que conecta más con la gente cuando es él mismo.

Al final, Matador era un proyecto con otra gente y siempre nos hacemos reflejo cuando curramos con gente, mis discos en solitario son una oportunidad mía para enseñar lo que no enseño cuando llevo la armadura puesta.

Jon: El proyecto guarda un sinfín de estilos diferentes, lo que tampoco nos ha pillado por sorpresa. Desde siempre te hemos visto probarte sobre toda clase de ritmos. ¿De dónde viene todo eso? Hay muchos artistas que escuchan de todo, pero trabajan un abanico pequeño, ¿crees que es cuestión de derribarse fronteras?

Al final me miro en la gente que siempre me ha inspirado y para mí lo realmente divertido está en la variedad. Hace unos años te habría dicho que uno tiene que desafiar siempre el sonido establecido y estar siempre en la brecha de la modernidad para estimular al género. Pero ahora mismo… eso me da un poco igual, me estimula lo diferente porque lo que ya he hecho, pues ya lo he hecho. Al final con lo que me quedo es con esa sensación de yonki que tengo en el estudio cuando estoy haciendo algo que no he escuchado nunca.

Jon: Porque tú has rapeado, has hecho R&B, mucha electrónica, incluso sonidos más pop. Uno de los mejores ejemplos es ‘República’. ¿Crees que esa fusión tan grande te abre a un gran público, de diferentes sonidos, o hace que tu música se disgregue llegando a menos gente en el foco de los géneros? 

Con Dami también nos pasa un poco eso, la movida del género y la etiqueta y cada vez está más difuso todo. Donde le llamamos urbana a todo aunque Tangana te saque un bolero. Tiene que ver (a mí parecer) con la industria y la radio creo. La peña va donde esta la emoción y donde se sienten identificados y menos solos.

El género solo es una elección más a la hora de querer transmitir una emoción o una idea. Claramente es algo que no me ha beneficiado nunca y siempre me he sentido poco rapero para los raperos, poco calle para los del trap y poco indie para los del indie. Así que siempre he estado un poco en tierra de nadie. Pero bueno, al final pienso en que no debo ser el único que siente en tierra de nadie y eso ya es formar parte de algo, ¿no?

Jon: Abriendo un poco el prisma, sí que te quiero preguntar sobre tu casa, sobre Catalunya. En el disco de 2020 sí que te rodeaste de más de 15 artistas, pero bien es cierto que vienes manteniendo mucha química con tus paisanos Lil Dami y Mi.Amargo. ¿Cómo nace esa hermandad?

Pues al final por cercanía y visión supongo, no se sabe muy bien por qué, pero tú como artista gravitas hacia unos artistas y con otros directamente no hay feeling. Para mí colaborar es un pilar básico de mi música y con Amargo y Dami siempre ha sido algo estimulante.

Jon: Alguna vez ya has manifestado que el nivel del país ahora mismo está muy alto, sin embargo, de Barcelona, de Terrassa, de Rubí, de Girona… No dejan de salir talentos año tras año desde hace cerca de 40, ¿qué crees que es lo que alimenta esa masía de talento inagotable?

Pues tío, te voy a ser sincero, siempre hay esa frase de que aquí hay mucho talento emergente y cohesión pero no veo escena por ningún lado. Ojo, que me voy a poner boomer, pero llevo ya más de 10 años haciendo música, he currado con muchísima gente y no tengo sensación de escena, nunca. Puede parecer que lo diga como algo negativo pero últimamente también estoy reflexionando mucho sobre el tema y me doy cuenta de que la idea de “escena” es algo que no crean los propios músicos sino más bien la gente que rodea estos (prensa, discográficas, etc).

Para mí, al final, lo que me ayuda a estar tranquilo con esa idea es pensar que yo soy mi propia escena y que la gente con la que curro es porque hay buen feeling o negocio de por medio. Ya se encargará alguien de ponerle un nombre a la escena catalana para sacarle rendimiento.

Jon: Los últimos años allí han sido de mucha tensión. Yo siempre he criticado que los artistas de España no se mojan, respecto a nada. ¿Crees que los artistas catalanes sí lo estáis haciendo? ¿O crees que deberían hacerlo más, o que simplemente no hay ninguna necesidad de hacerlo?

Muy buena pregunta, estoy contigo. Es tremendamente incómodo y arriesgado mojarse porque el público te penaliza. Yo tengo mil inseguridades por mostrar mi cuerpo porque siento puta vergüenza de tenerlo o de estar calvo y hablar de ello es abrir una ventana a lo incómodo y lo incómodo cuesta seguidores. No solo seguidores, sino que los propios medios tampoco hablarán de ello porque es incómodo y también sienten esa presión.

Es un pez que se muerde la cola. Estos últimos dos años que he estado más cerquita de grupos que tienen más exposición o radios fliparías con la de decisiones que se toman para ser modernas sin ser arriesgadas. Últimamente, por ejemplo, veo a muchos hombres heterosexuales cis coquetear con lo que socialmente se define como femenino y parece que eso te da vía libre para tener exposición sin que hagas un análisis profundo de por qué estás haciendo eso. O seas el primero en seguir siendo un machista de mierda en tus comentarios. O no tener ningún tipo de sensibilidad a las persones trans por poner un ejemplo.

Al final es lo de siempre, la camiseta del Che Guevara, ¿sabes? El titular sin el trabajo de fondo y así el problema, pues sigue estando ahí. Solo que con otro rostro. Aparte que no nos damos cuenta de cómo invisibilizamos a todos los colectivos que llevan haciendo esto desde hace años pero parece que si no lo hace la persona normativa de turno, eso no se debe empoderar porque altera el status quo.

Jon: ¿Qué consejo le darías al Chen de “Esto Tenía que Pasar”?

Uf, muy buena. Realmente ninguno. Que aprenda de cada hostia que le espera (que van a ser muchas) y que cada vez estará más en paz con lo que él es realmente. En lo musical le diría que aprender teoría musical siempre le hará bien y que se sienta orgulloso de lo que es él sin compararse con el resto.

Jon: Tengo que darte mucho las gracias por este rato en GRINDIN’, ¡gracias de verdad Chen!

A ti. Me das una buena vibe increíble y te veo megaenfocado. Saludos y ojalá coincidir algún día. Un fuerte abrazo.

Fotografías: Elena Codes

 

Recuerda que puedes escuchar el álbum ‘Cómo no hacer un trío’ de Sr. Chen a través de su perfil en Spotify: