Soukin: Inducción matemática en los raps

Todos y todas los que estamos entre la veintena y la treintena, crecimos con la mirada fijada sobre Madrid. Y es que desde hace 10 años no han dejado de sucederse los himnos que nos acompañaban cada día al instituto y la universidad.

Prefijo91, Ramos, Natos y Waor, Soukin… Y nada sienta mejor que ver que prácticamente todos ellos siguen en activo, dejándose ver más o menos. En el caso de este último, siempre cada dos años y con un álbum bajo el brazo.

Toca rememorar esos años de Madrid, de la Sierra y de Debod, y ahora lo hacemos con un Soukin más maduro, y con los raps totalmente pulidos. Una pequeña joya que te hace sentir en los 17 de nuevo, pero con la mentalidad de lo que te han enseñado los años. Ya es hora de disfrutar de “INDUCTIA”.


Jon: ¡Qué tal Soukin, bienvenido! ¿Qué tal te encuentras?

Buenas, es un placer estar en GRINDIN’. Me encuentro genial, contento por haber sacado el disco después de todo este tiempo en silencio. Hemos disfrutado mucho haciéndolo, pero había ganas de sacar música… Ahora ya queda para siempre.

Jon: Eres de los primeros que llega con un disco post-cuarentena, aunque aún bien dentro de la pandemia. ¿Cómo te ha afectado a ti personal y artísticamente esta crisis global?

Yo realmente considero que estoy en “la cara buena de la moneda”, mi curro me permite teletrabajar, no vivo con ninguna persona de riesgo por lo que puedo aprovechar mis ratos libres sin preocuparme demasiado, en lo personal estoy todo lo bien que se puede estar hoy en día. 

En cuanto a lo artístico, es verdad que el formato de disco clásico es algo que hoy por hoy no se hace mucho, los artistas prefieren estar más al día en la ola con singles y videos, pero esto yo creo que pasaba ya al margen de la pandemia. Para mí, y al margen de la pandemia también, era importante recuperar ese formato y que la gente viera realmente el nivel que podemos llegar a imprimir.

Jon: Lo dicho, llegas para presentar un nuevo -y esperado- álbum titulado “Inductia”, ¿qué puedes contarnos sobre él? ¿En qué momento personal llega y qué lo ha motivado?

La idea de hacer un disco surge a finales de 2019 cuando yo vuelvo a vivir a Madrid, anteriormente había estado viviendo un año en París y otros dos años en Holanda. Estando fuera no tenía tanto tiempo como el que me hubiera gustado para hacer música, y tampoco podía exprimir al máximo los medios, por eso al verme de vuelta me vi con las ganas y la fuerza para ponerme mano a mano con Seijas y empezar a grabar algunos temas, lo que más tarde fue cogiendo forma y dio lugar a este disco.

Jon: ¡Hostia! Qué bueno. Ha sido volver a lo grande. Quería preguntarte: ¿Qué significa “Inductia”, y por qué elegiste ese nombre para titularlo?

Lo llamé “Inductia” porque, para mí, sigue la línea conceptual que ya tiré en “INERTIA” (2015) y en “ENERGEIA” (2017) y quería darle esa correlación. Son conceptos físicos, filosóficos, a los que les aplico una estética y los hago míos. “Inductia” hace referencia a la inducción matemática, un razonamiento que a mi parecer representa bastante el concepto del disco.

Básicamente, este razonamiento demuestra que, si sabes subir un escalón en una escalera, puedes subir los siguientes y llegar tan alto como quieras.

Jon: No tenía ni idea, pero me flipa ese razonamiento, realmente. Desde “Oasis”, en 2015, vienes cumpliendo el ciclo de álbum cada 2 años. ¿Es una forma de trabajo auto-establecida, o simplemente es casualidad? Me entra curiosidad por saber si empleas esos 2 años en trabajarlo o simplemente puedes tomarte un año y medio de descanso y el proyecto sale en unos pocos meses.

¡Qué ojo! Evidentemente yo soy consciente, pero no veo muchos más que se hayan fijado. Es difícil de responder, la verdad es que podría sacar más música, con menos espacio entre medias, pero yo soy de los que dice que hay que disfrutar del proceso y además, me gusta dedicarle el tiempo que merece, supongo que de algún modo sí que está auto-establecido, pero no estaba planeado como tal.

Se podría decir que de media tardo un par de años sí… jajaja. Descansar no descanso, pero la música no es tampoco mi principal fuente de ingresos así que los plazos están muy condicionados.

Jon: Que yo te sigo, Soukin. Jajaja. ¿Qué inspira un álbum de historias sobre la calle y sus callejones, los parques y sus vivencias en tiempos de estar encerrado en una casa?

Supongo que mucha calle de chaval en vidas pasadas, jajaja. Todo el disco tiene un aura de nostalgia que es lo que creo que está gustando a la gente. Además, cuando vienes de esas dinámicas, aunque haya confinamiento acabas metido en miles de jaleos. Si a eso le sumas el tiempo para pensar que hemos tenido este año, yo ahí veo inspiración, por poca que parezca.

Jon: En el proyecto te vemos muy, muy bien acompañado. Como siempre de la mano de tus colegas: Juan Ríos, Ramos, Recycled, J. Moods… También vemos conexiones que nos han alegrado mucho con Ergo Pro, Ill Pekeño o  Dano. ¿Cómo surgen estos enlaces, y cómo ha sido currarlo todo en tiempos de pandemia y encierro? Imagino que donde más diferencia habrá habido ha sido en las sesiones con tus colegas, ¡a como serían ser años atrás!

En términos logísticos, la situación no ha ayudado, pero cuando hay ganas y compromiso las cosas se acaban sacando. Con los producers he trabajado a distancia, aunque iterando con ellos para arreglos y comentarios, siempre contando con su feedback. Agradezco mucho que gente con ese talento esté dispuesta a participar en mis proyectos.

En cuanto a las colaboraciones vocales, si que pude quedar con todos ellos para las sesiones de estudio. No me quiero enrollar pero, por hablar un poco de los nombres nuevos, el primero en meterse fue Dano, que me dio un fuerte impulso de cara a seguir dándole forma al disco, para mi fue una experiencia vital. Luego vino Al Safir, con el que he estado muy unido todo el último año y que me ha ayudado muchísimo, incluso actúa en el videoclip de “En el spot”. El tema con Peke y Ergo fue de los últimos que grabamos, yo les conocía anteriormente de algunos eventos, pero nunca había grabado con ellos. 

El resto de colabos son colegas con los que ya he hecho música anteriormente, por ejemplo mi bro Recycled J, siempre agradecido por su apoyo continuo, pero para mí hacer que el Ramos grabara un tema 3 años después o volver a juntarme con el Sule en el estudio 7 años después, hacen que el disco en su conjunto sea único.

Jon: Casi nada. A los que hemos seguido esa trayectoria por decirlo así, creo que se nos pone un poco la carne de gallina, escuchando esto y analizándolo así, en frío. Además, el proyecto se abre, precisamente, con ‘10 Años’, donde rindes homenaje a Hijos Bastardos, Yako, Hermanos Hermáticos, Darmo, Ramos, Natos y Waor… ¿Qué ves cuando echas la mirada atrás hacia esos años? ¿Qué es lo que más echas en falta de esa época dorada?

Todo era muy diferente, los que empezábamos a hacer música en ese entonces teníamos otra mentalidad a la que hay ahora. En ese entonces en Madrid el rap estaba en un momento de auge, salían muchísimos grupos, sellos, marcas… Pero los raperos seguían sin ganar pasta, con lo cual nuestra actitud era desinteresada, no pensábamos que realmente se pudiera vivir de esto, por eso la música era completamente diferente en su contenido y forma. 

Hacíamos rap entendiendo que era un movimiento al que se iba a sumar muchísima más gente en el futuro, y así fue, lo que pasa es que los que se fueron uniendo lo han entendido de otra manera. Parte de ese entendimiento se debe a que el hip-hop se incluyó dentro de un género urbano, una ola global, lleno de artistas que enseñan lo ricos que se hacen y la fama que cosechan con su personaje, muchas veces abandonando el apartado musical y lírico, completamente al margen de esa realidad que se vivió en el rap anteriormente. No digo que sea peor, supongo que en términos de industria es mejor, pero los que vimos como era, como yo, es normal que no nos lo traguemos.

Por eso es importante remarcar y ensalzar esa actitud que existió algún día, supongo que seguirá habiendo chavales a los que les llame la atención como nos la llamó a nosotros en su entonces. Además, como ahora todo parece tan prefabricado, la gente distingue esa esencia, que es lo que yo creo que echamos de menos todos.

Jon: Es una locura pensar ese giro musical, pero tambien esa sensación de hermandad, de descubrir qué curraba el otro, tal cual… En estos últimos años hemos visto a artistas variar de sonidos casi diariamente, probarse sobre infinidad de ritmos diferentes. Muchos te contemplamos con un referente en el underground del rap en español, que año tras año ha ido puliendo su sonido, pero no dando bandazos entre géneros, ¿se siente un poco de vértigo viendo al resto de compañeros en el juego generando tanto contenido y tan diverso?

Está bien, antes si eras rapero y sacabas un tema pop te tenías que preparar para la que te iba a caer y tenías que tener dos huevos, ahora da igual, pero da igual completamente, puedes hacer lo que sea, total, toda la música está a la misma distancia. No me da ningún pudor hoy en día el hecho de cambiar de estilo, pero sí que creo que he trabajado mucho para conseguir un sonido y evidentemente se rapear mejor que cantar bachata, por eso lo que hago es rapear. 

Se juega como se entrena, pero a mi personalmente no me gusta que se meta en el mismo saco a los raperos y a esos artistas que hacen de todo. Se que es una opinión de antes, completamente condicionada porque entiendo de dónde viene, el rap ya era un género, ahora hay una línea muy difuminada que para mí no hace justicia, pero es lo que hace que el oyente estándar lo relacione o compare. Una vez más, supongo que está bien si te quieres dedicar a la música, pero malo para la esencia hip-hop.

Jon: En 2018 decías que si comparabas la escena musical española con “la de fuera”, creíais que estaba un poco para atrás, ¿crees que se ha producido algún tipo de avance? 

Hay avance, de hecho la música en español (que no de España) es la música global, tenemos un terreno perfectamente abonado, la oportunidad está ahí, solo hay que fijarse en Puerto Rico o en Argentina. 

Sin embargo, las barreras son las de siempre, barreras culturales y económicas, que hacen que Madrid no sea Nueva York o París. Tenemos nuestras bondades, pero yo he vivido en Francia y he visto cómo viven la música ahí, entonces entiendes que la diferencia es cultural, aunque influyen más factores.

Jon: Sorprende, porque incluso 3 de los 5 lugares en los que más te escuchan desde Spotify son: México City, Santiago de Chile y Buenos Aires en Argentina. ¿Estás al día de eso? ¿Crees guardar un buen fandom en América Latina? No sé si estás deseando cruzar el charco para encontrarte con ellos tan pronto como pase la pandemia.

Desde que empecé a hacer música siempre he recibido mucho apoyo de gente en Latinoamérica, lo cual para mi es increíble, bendito Internet. Me encantaría ir a tocar ahí, según me han contado amigos que han ido a cantar ahí los bolos son una locura, no lo descarto.

Jon: Soukin suena Madrid. En GRINDIN’ intentamos dar voz a provincias en tiempos en los que Madrid es el único foco industrial para el arte en España. Todos los artistas tienen que moverse a la capital para “triunfar”. ¿Cómo se vive desde dentro esa “invasión” de talento? ¿Crees que aporta más que quita?

Eso lleva siendo así desde siempre, si quieres buscar la oportunidad, buscar los contactos, o si, por ejemplo, pretendes estar de gira por España, tiene todo el sentido que te mudes a vivir a Madrid. A mi me parece que tenemos ciudad de sobra para recibir a todo el que haga falta, pero en ciertos momentos me gustaría ver más movimiento de grupos o artistas locales.

Jon: Son muchos años en el underground, con tus cimas personales, tus hitos y supongo que también tus hostiazos. ¿Cuál sigue siendo la gasolina de alguien en el under, qué te motiva a seguir haciéndolo? ¿Tienes fijado algún propósito en la música?

No creo que haya llegado a mi cima todavía, yo sabía que meterme en el rap iba a ser para siempre, para mí la búsqueda de un sonido se puede convertir en una tarea infinita. Para mi eso es sencillo, tengo gente cercana, amigos, familia, que me va a saber asesorar y que me lo harán notar si algún día estoy dando penita y debo dejarlo. Además, como el objetivo nunca ha sido vivir de ello, todo lo que llegue es bien recibido, ya que no dependo en absoluto de la música, es algo que hago por el puro placer de hacerlo.

Jon: Lo mencionábamos antes, más de 10 años de carrera. ¿Qué consejo le darías al Soukin de ‘Don’t Know’ o ‘No Chair’?

Wow, viejos temas. Le diría que va por el buen camino y que siga disfrutando del proceso, que nunca pare de hacer lo que le gusta por mucho que cambie la vida o cambien los tiempos y que trabaje desde la humildad rodeándose de la mejor gente posible. Ese Soukin de 17 años tenía ganas, pensaba mucho en su futuro, pero realmente no tenía ni idea de todo lo que la música le iba a aportar como persona.

Jon: Muchísimas gracias por sentarte a charlar este rato, y por contarnos más sobre ti y sobre “Inductia”, ¡un abrazo Soukin!

Me han parecido buenísimas las preguntas, se nota que también le pones ganas. Ha sido un placer contestarlas y espero que podamos volver a hablar. Igual dentro de 2 años con el próximo disco jajaja. Muchas gracias, abrazos.

 

Recuerda que puedes escuchar el álbum «Inductia» de Soukin a través de su perfil en Spotify: